Capitulo ocho: gracias por estar ahí, pueden pasar mil y un cosas pero los verdaderos amigos serán los que se queden ahí hasta el final.
No podía decir ni una sola palabra, me quede ahí parada, no pensaba, quería arrancarme el dolor del pecho, tan solo lo abrace y comencé a llorar aun más.
Sin decirme nada el tan solo acariciaba mi cabeza, me oprimía fuertemente contra el y sin dudarlo canto mi canción favorita.
Lauder: Como gasto papeles recordándote
como me haces hablar en el silencio
como no te me quitas de las ganas
aunque nadie me vea, nunca contigo
y como pasa el tiempo
que de pronto son años
sin pasar tu por mi, detenida
Te doy una canción si abro una puerta
y de la sombras sales tu
te doy una canción de madrugada
cuando mas quiero tu luz
te doy una canción cuando apareces
el misterio del amor
y si no lo apareces, no me importa
yo te doy una canción.
Si miro un poco afuera, me detengo
la ciudad se derrumba y yo cantando
la gente que me odia y que me quiere
no me va a perdonar que me distraiga
creen que lo digo todo
que me juego la vida
porque no te conocen, ni te sienten
Te doy una canción y hago un discurso
sobre mi derecho a hablar
te doy una canción con mis dos manos
con las mismas de matar
te doy una canción y digo patria
y sigo hablando para ti
te doy una canción como un disparo
como un libro, una palabra, una guerrilla
como doy el amor.
Me quede perdida en sus brazos, escuchándolo decir cada palabra, poco a poco me fui durmiendo, me sentía tan segura, tranquila, no quería que ese instante se terminara.
4 horas más tarde...
Mariela: maldita!! sueltalo!!
Lauder: Mariela detente!!
No hice nada, tal vez porque no tenía ganas de pelear, aunque seamos realistas no me importaba recibir unos cuantos golpes por ver como la corrían y se quedaba sin un lugar donde quedarse.
Lauder: Lárgate!!
Mariela: que, prefieres a esta zorra??
Lauder: cállate bruja!!
Mariela: que, la amas?
Lauder: No es tu que no tiene amigos, que debes dar las nalgas para que alguien te ayude
Mariela: estupido!!
Le dio una cachetada y ella pensaba que el la detendría.
Lauder: que pasa Mache?
Chelito: me engaño
Lauder: que??
Chelito: si con su maestro de Danza contemporánea
Lauder: perra tenía que ser!! sin ofender...
Chelito: No te preocupes pienso eso y más de ella.
Lauder: Ya hablaron de esto?
Chelito: No, ni siquiera saber que lo se.
Lauder: Suerte!!
Nos quedamos ahí los dos otras 2 horas sentados en su sillón, pensaba en que iba a decirle, como hacerlo y me tragaba el dolor, ya que no dejaría que viera cuanto daño me hizo.
Salí de la casa de Lauder, me temblaban las piernas y la frente me sudaba, toque a su puerta.
toc-toc-toc
Penélope: Si?
Chelito: podemos hablar?
Penélope: donde estuviste anoche?? Nunca llegaste!! te fuiste de loco por ahí verdad??
Chelito: yo? creo que tendría que ser quien ese molesto, no tu
Penélope: de que hablas?
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