15 minutos de escuchar el coran, buscó la fuerza, paciencia y ganas de continuar.
Mi cuerpo comienza a pesarme, me desespero al no saber cual es la misión, a donde debo ir, cuando podré partir.
Una mañana más, el tiempo se escurre y se va por aquella coladera.
Volveré a dormir, cierro los ojos, respiro y dejo que comiencen las pesadillas.
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