Grito en aquel instante donde me quebraste al dejarme caer en uno de tus tantos silencios prolongados.
Corte mi rostro para sentir que algo tibio se escurría, aunque no tenía el clásico sabor salado.
Mi cuerpo se desvanece, mi mente se pierde en un momento se enfrenta en aquel encuentro.
Ahora perdida entre doce bailo vistiendo dolor, una fiesta sin invitación.
No encuentro el rumbo, ni dirección, he perdido el control.
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