Al final uno decide realmente como sentirse, donde estar, a donde llegar, en la estación comprar el boleto para z destino.
No me sorprende el actuar del mundo, se que si uno se va en silencio es difícil que noten que no estas, porque en realidad nadie es indispensable y tan desechables nos volvimos que los espacios se llenan con cualquiera.
Quizás mis ojos se empañan de nostalgia al ver la realidad, mi corazón hambriento comienza a sentirse herido y vacío... Pero esto es lo mejor...
Me recuesto en el piso tirado de mi alcoba y me pregunto si alguien alguna vez volverá a mirarme.