En qué momento la vida, mi día se volvió tan aburrido, patético y sin sabor.
Mientras me cubría la mano con pegamento blanco y esperaba a que se secara me quede pensando.
Hace mucho tiempo soy como una piedra a la que aventaron a un lago, cuando me rompí el hueso fue tocar por primera vez aquel fondo, en esa inmensa profundidad, cubierta por oscuridad, mientras en la superficie las aguas se agitaban.
Cada vez que creo llegar a un estado de reposo en la superficie alguien avienta piedras...
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