Debí gritar que te extrañaba, que me moría de ganas por verte, de pasar una mañana juntos haciendo nada, que ansiaba ver tus ojos y besar tus labios, que me abrazaras y sentir como tu corazón late.
Pero no puedo anteponer lo que quiero a tus deseos, aunque sienta como el hueco en mi pecho se incendia no quiero que hagas nada si no es por tus locas ganas.
Me quedo en silencio esperando a que pase el tiempo, a que sea mi momento, nuestro momento, cerrare los ojos, tal vez cuando los abra sea ya martes.
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