Heraldo Quiroz: mira ese pequeño niño bot, se ve tan tierno.
Nan Morelo: ¡idiota! Es un animatronico, se llama Baloon´s Boy ¿Qué tus padres nunca te trajeron?
Heraldo Quiroz: mmm no, siempre me dieron miedo los robots, además la gente decía que los niños aquí desaparecían, yo no quería desaparecer o morir a manos de un robot.
Nan Morelo: ¡Que hice yo para que me tocara trabajar contigo!
Se fue a seguir documentando el lugar, yo me quede con el grupo que entramos, ellos estaban sentados comiendo pizza, papas, hamburguesas, refrescos y dulces, decidí sentarme y comenzar a entrevistarlos.
Heraldo Quiroz: Disculpe señora ¿Qué le parece el lugar? ¿Usted ya había venido? ¿Es como lo recordaba o imaginaba?... Señora ¡OH POR DIOS! … ¡¿Qué está haciendo?!... ¡NO SEÑORA!
Le avente la mano y el pedazo de pizza salió volando, sin embargo ella no se inmutó y le dio una mordida, yo no pude contener el asco que sentí al ver como se tragaba a todos esos gusanos y le sonreía a su hija, mientras ella comía papas fritas enlamadas.
Hasta ese momento puede sentir el terrible hedor a putrefacción, el piso lleno de cucarachas, escarabajos, gusanos y moscas volando por todo el lugar.
La risa de aquel pequeño robot me alerto, mire por uno de los oscuros pasillos, trataba de encontrar a Nan, algo o alguien comenzó a seguirme, pero no quise voltear, eran un par de pies enormes y metálicos, para mí era como escuchar a una multitud.
Corrí sin detenerme, perdí la noción del tiempo, intentaba recordar los planos del lugar, pero era en vano, llegue a una oscura habitación, había una enorme caja musical donde la leyenda decía: “la música no ha de dejar de sonar, si no el saldrá y te matara”.
Me quede totalmente horrorizado, la caja estaba abierta, no se escuchaba música y no sé qué andaba suelto por el lugar.
Heraldo Quiroz: Tranquilízate, todo está bien, pronto todo terminara, ¿Qué es eso?... ¿Quién está ahí?...¿Hola? –pero nadie respondió
Me levante y aproveche los pocos momentos donde había luz, encontré cuartos ocultos, cosas que nadie podría imaginarse, para distraerme pensaba en como redactar los artículos, esperaba que Nan fotografiara todo el lugar y me emocionaba el salir a contar que tan maldito estaba este lugar.
¡HERALDO! ¡HERALDO! VEEEN ¡HERALDO! ¡HERALDO!
Heraldo Quiroz: ¿NAN?... ¿Eres tú? … ¡NAN!
Corrí hasta donde parecía que gritaron, pero entre más me acercaba los gritos eran lejanos, débiles, prendí un cerillo, grabe error…Un rostro blanco enfrente de mi apareció, congelado sin poder reaccionar me hice del baño.
Señor B: ¡MUCHACHO! ¡REACCIONA!
¡CORRE!
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