Porque en tu cara se reflejo el dolor que por dentro te destruía, lágrimas de desesperación, puños cerrados, una y otra vez pronunciando mi nombre, deseando que le diría final a tu vida, gritando piedad aunque no era yo quien te heria.
Minutos de espera que se convirtieron en un largo tormento, parecía eterno y no tenía fin, trataba de ayudarte con palabras aunque tal vez no funcionaba.
Como me dolio verte ahí tirada, retorciendote por el dolor que en tu cuerpo pasaba, aguantandome las lágrimas al escuchar tu llanto, cada vez que te sentías derrotada y me decías: Ya no puedo!!!
Que se hace en esos momentos??
Es de esas veces que necesitas tomarle la mano a alguien, sentir un abrazo, el consuelo y cálidas palabras pero te das cuenta que no hay nada.
En unos instante sentí que la vida se te iba, tu dificultad al respirar, tu cuerpo cansado, tu voz entrecortada, mil y un puñales destrozándote las entrañas.
Y yo...
yo desgraciadamente no podía hacer nada.
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